Muhhamad Alí, el más grande campeón de la lucha contra el racismo y por la igualdad social
“Un
peleador, con valor como Cassius Clay”, dice en una rima de la canción
“Flow y Venganza”, del compañero rapero Portavoz, citando a Muhhamad
Alí, aún con su nombre de esclavo, como el mismo dijo hace muchos años
cuando decidió nacer de nuevo, junto a otros grandes inspiradores de la
lucha revolucionaria, como Gramsci y Chomsky.
Porque
Muhhamad Alí, sobrepasó generaciones, ni Portavoz ni quien escribe lo
pudimos ver pelear, lo que sabemos de la vida del campeón, lo escuchamos
mucho de nuestros abuelos y padres, cuya historia nunca se redujo sólo a
lo deportivo, aspectos donde era capaz de predecir en que round
noquearía al rival de turno, o cuando aplicaría su estrategia de “Flotar
como una mariposa, picar como una abeja”. También nos hablaban del rol
político y compromiso social con su pueblo que adquirió el boxeador a lo
largo de su vida. Acá su historia, imposible de disociar en ambos
aspectos.
Muhhamad
Ali, fue tres veces campeón del mundo de los pesos pesados y campeón
olímpico de los semipesados en 1960. Disputó 61 combates como
profesional, con 56 victorias y 5 derrotas. Nació en Louisville,
Kentucky, Estados Unidos, el 17 de enero de 1942. Según sus biógrafos,
su llegada al boxeo se produjo cuando tenía 12 años, cuando entró de la
mano de un policía y entrenador aficionado, Joe Martin, en un gimnasio
poco después de que le robaran la bicicleta.
No tenía
más que 18 años cuando en los Juegos Olímpicos de Roma ganó la medalla
de oro de los semipesados y decidió su paso al profesionalismo. En
aquellos tiempos, el boxeo estaba, en parte, tutelado por la mafia y
liderado por los boxeadores Floyd Patterson y Sonny Liston.
El 25 de
febrero de 1964 ganó el título mundial de los pesos pesados, después de
un combate frente a Liston en el que hizo alarde de sus dos mejores
virtudes pugilísticas, un rítmico juego de piernas y un golpe demoledor.
Ese
año cobró aún mayor notoriedad al anunciar su conversión al Islam y el
abandono de su nombre originar por el de Mohamed Ali. El púgil militaba
en el movimiento Nación del Islam de Malcolm X, que proponía la
liberación de los guetos negros y el fin de la segregación. Estados
Unidos se sintió fascinado ante este campeón rebelde que acumulaba
títulos sin cesar.
Adhirió al partido de las Panteras Negras de Angela Davis, organización revolucionaria comunista, contra el racismo, la brutalidad policial y la injusticia economica en EEUU. Muhammad Alí
aprovechó su fama como carismático Campeón de los Pesos Pesados para
una activa militancia a favor de los derechos civiles, sociales y el
reconocimiento de la igualdad ante la ley entre las personas.
No sólo adhirio, sino también inspiró a sus militantes. En un documental sobre las Panteras Negras, Mumia-Abu-Jamal, militante de esta organización y preso político condenado a pena de muerte desde 1982 , planteó que “Si alguna vez hubo un héroe del deporte para nosotros, era Muhammad Ali”.
En 1967
hizo un nuevo gesto espectacular. Se negó a incorporarse al Ejército y
marchar a la guerra de Vietnam: “No voy a recorrer 10.000 kilómetros para ayudar a asesinar a un país pobre
simplemente para continuar la dominación de los blancos contra los
esclavos negros”. Le condenaron a cinco años por insumisión, fue
suspendido tres años y le despojaron de su título.
En esa misma época solidarizó con la revolución cubana, fotografiándose en diversas oportunidades junto a Fidel. Ali,
a pesar del bloqueo yanqui, visitó Cuba en al menos dos ocasiones,
donde sostuvo encuentros con el gran boxeador cubano Teófilo Stevenson.
A propósito de la muerte de Stevenson en 2012, envió este mensaje de
condolencias: “Me entristeció profundamente esta mañana la noticia de la
muerte de uno de los grandes campeones del boxeo, Teófilo Stevenson. Aunque
nunca peleó profesionalmente, haber ganado tres medallas de oro en tres
Juegos Olímpicos diferentes, garantiza que él habría sido un enemigo
formidable para cualquier otro campeón de peso pesado reinante o
cualquier retador en su mejor momento. Siempre recordaré el
encuentro con el gran Teófilo en su Cuba natal. Él fue uno de los
grandes de este mundo, y a la vez fue un hombre cálido y abrazable. Mis condolencias para su familia y amigos. Que descanse en paz.”
Tras el
castigo, el 26 de octubre de 1970 regresó victorioso al cuadrilátero,
venciendo a Jerry Quarry, y nuevamente se dispuso a alcanzar la cima.
En el año
1978, viajó a la URSS, y tras llegar al país socialista planteó que:
“yo estaba un poco nervioso cuando aterricé en la URSS. Pensé que,
posiblemente, vería país desaliñado con una multitud de personas
sombrías, como robots, y agentes de
servicios especiales, espiando a mi habitación. Pero vi a un país de un
centenar de nacionalidades que conviven en armonía. No hay armas. Ningún
crimen. No hay prostitutas, ni degenerados.” Con esto derribó muchos
mitos que construían la propaganda yanqui respecto al enemigo comunista.
Muhhamad
Alí vivió así, desde una rebeldía consecuente contra una sociedad que no
sólo lo discriminaba por su color de piel, sino también por su origen
social humilde. Desde esa lucidez que tuvo reconoció que: “El boxeo es
un montón de hombres blancos viendo cómo un hombre negro vence a otro hombre negro”.
Su
maltrecho estado de salud, a causa de una de sus peleas más largas,
contra la enfermedad de Parkinson, con la que convivia desde mediados de
los años 80, se vio empeorada por una infección respiratoria,
falleciendo un 4 de junio del 2016, a los 74 años de edad en un hospital
de Phoenix, Arizona.
El ex
campeón del mundo de los pesos pesados, Muhammad Ali, el púgil más
importante de todos los tiempos, fue y será una de las personalidades
más influyentes del mundo del deporte y de la lucha por la igualdad
racial y social…nos deja el hombre mas no la idea.
http://www.futbolrebelde.org/blog/?p=9750#more-9750
No hay comentarios:
Publicar un comentario