Escaparate mediático + ajuste de cuentas = Europa del este saca músculo ultraderechista aprovechando el fútbol
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"El fútbol internacional es la guerra sin disparar". La frase es de
George Orwell y esta Eurocopa le está dando la razón más que nunca.
Tras los sucesos de Marsella, Europa ha redescubierto al ultro ruso. Sin
embargo, el cuadro estaría incompleto hablando solo de ellos. Un
campeonato con 24 selecciones ha llevado hasta Francia a un buen puñado
de extremistas con demasiadas cuentas pendientes entre ellos. O con todo
diferente, en general.
Precisamente, el domingo todo el foco mediático estaba volcado sobre la
violencia rusa de Marsella. Quizá por eso pasó tan desapercibida la
presencia nada disimulada de la extrema derecha alemana en Lille, ciudad
del norte de Francia donde la Mannschaft jugaba ese día contra Ucrania.
HoGeSa (Hooligans Contra el Salafismo) es una especie de versión
futbolera de PEGIDA, la organización ultraderechista que quiere
convertir al Islam en la mayor amenaza de Europa. HoGeSa capta y
moviliza a jóvenes ultras de fútbol en torno a ideas xenófobas en
Alemania.
Aunque HoGeSa no ha hecho llamamiento para Eurocopa a través de sus
redes, la aparición de saludos brazo en alto, cruces de hierro e incluso
una bandera del imperio prusiano relacionan directamente a personas de
su entorno con las imágenes de Lille.
Para Roger Suso, periodista especializado en neonazismo alemán, hay
identificados al menos ultras de equipos como el Dynamo de Dresde,
Lokomotiv de Leipzig, Chemnitz y Borussia Dortmund. 18 hooligans
procedentes de Dresde ya fueron arrestados en la frontera francoalemana
el pasado sábado.
Su partido de este jueves en Saint-Denis contra Polonia tiene demasiadas
connotaciones históricas. Algunos miembros de grupos ultras polacos
conocidos por su agresividad en la defensa del nacionalismo y el
antisemitismo podrían estar presentes ese día.
Polonia es considerada, junto a Rusia y Serbia, uno de los focos de
violencia ultra del este de Europa y ya hemos podido ver algunos de los
preparativos para el torneo de ultras como Wisla Skawina, de Cracovia.
La misma fuente — Footbalski— habla de una pelea pactada entre rusos y
polacos en la frontera francesa, justo antes de la Eurocopa.
Grupos violentos, como los del Wisla o los del Widzew Lodz, comparten
con la extrema derecha alemana la repulsa hacia las ideologías de
izquierdas. Eso último se debe a lo que la derecha polaca considera el
yugo soviético durante medio siglo en el país. Algunos hitos históricos
todavía recordados son la matanza de Katyn, bosque donde se estima que
el Ejército Rojo fusiló a 22.000 personas, o la masacre de Volinia,
donde fuerzas ucranianas acabaron 80.000 polacos.
En efecto, Polonia-Ucrania es otro de los platos fuertes de esta
Eurocopa. Será en una semana en Marsella. De momento, los ultras
ucranianos no han sido protagonistas, pero el desplazamiento de sus
hinchas podría incluir radicales muy politizados, como los de Metalurg,
Dnipro, CSKA de Kiev o Dinamo de Kiev. Entre las filas de estos últimos
suele haber veteranos de la guerra ruso-ucraniana en el Batallón Azov o
los partidos neofascistas Svoboda o Pravy Sektor.
Algunos jugadores, como el delantero titular Roman Zozulya, han llegado a apoyar in situ a las tropas ucranianas en el Donbass.
La peor pesadilla para la UEFA sería un hipotético cruce Ucrania-Rusia
en octavos de final. Mientras tanto, ultras de otros países siguen
viendo la Euro como un posible escenario de ajuste de cuentas y
escaparate mediático.
Es el caso de los eslovacos, a quienes ya hemos visto preparar el viaje a
Francia con protectores bucales y porras extensibles, y más
concretamente de los Yellow Green Hearts, extremistas del club Zilina,
que ya han avisado en su Facebook de que la Eurocopa "es solo una
excusa" y de que irán "a la caza del inglés", refiriéndose al partido
que juegan ambas selecciones el 20 de junio en Saint-Etienne.
Un partido, el Inglaterra-Eslovaquia, que tiene un sangriento
precedente. Durante las eliminatorias de la Euro de 2004, dos ingleses
acabaron muertos a las puertas de su hotel en Bratislava.
Para Hungría, este será un torneo importante. No se clasificaban para
uno desde 1986. Ya hay pruebas de la presencia de ultras húngaros en
Burdeos, donde la selección magiar juega su primer partido contra
Austria. Algunos de ellos han sido ya retenidos en la frontera italiana,
donde la policía les ha requisado alcohol y material pirotécnico.
Antes de su primer partido ya se han podido ver en ruta varios brazos en
alto, y al igual que los casos de otros países del este, seguidores de
clubes como el Ferencvarós o Ujpest ya han dado sobradas muestras de su
ideología de extrema derecha, con homenajes en la grada al criminal de
guerra húngaro László Csatáry o un exacerbado odio hacia los gitanos
traducido en insultos hacia sus vecinos rumanos. Una de sus cartas de
presentación ha sido también una bandera austriaca en la que se mofan de
ese país de manera homófoba.
Precisamente, ultras húngaros podrían haber anunciado su intención de
atacar a los rumanos coincidiendo con el Rumanía-Albania del 19 de junio
en Lyon. En el caso de los ultras rumanos, los hechos nos dejan de
momento una pelea interna entre ultras pertenecientes a Sud Steaua, del
Steaua de Bucarest y sus rivales de Peluza Catalin Hildan del Dinamo,
con un balance de 9 detenidos en París.
En una situación muy particular dentro de todo este magma
geopolítico-futbolero se encuentra la afición de Albania. Si bien el
equipo y la mayoría de los seguidores están disfrutando de una cita
histórica, existe sobre ellos una sombra que podríamos denominar como
amenaza paneslava.
Según nos informan desde Footbalski, ultranacionalistas serbios
pertenecientes al grupo Grobari, del Partizan de Belgrado, podrían
desembarcar en Francia para practicar la "caza" del albanés en el
Francia-Albania jugado en Marsella o bien para unirse a sus aliados
tradicionales rusos en una acometida contra los ingleses.
El círculo se cierra. Y Europa abre los ojos a la cara B de cada gol de esta Eurocopa.
http://sareantifaxista.blogspot.com.es/2016/06/el-mapa-de-los-ultras-en-un-avispero.html
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