Barrio de Vallecas, 28 de febrero de
2015. Son las cinco de la tarde y tan sólo queda una hora para que el
Rayo Vallecano se enfrente al Levante en la vigésimoquinta jornada de
liga. Todo parece tranquilo, aficionados franjirrojos y granotas se
mezclan por la Avenida de la Albufera, mientras la previa transcurre en
un ambiente aparentemente normal. Y decimos aparentemente porque es
justo en este instante cuando ocurre algo que nadie podía esperarse.
Pensad en el más burdo esperpento que os podáis imaginar y ni así
estaréis cerca de lo que se ha podido vivir hoy en nuestro local.
De un momento a otro, y sin que se
hubiese registrado incidente o alteración alguna, han aparecido una
docena de furgones antidisturbios en la calle Dolores Folgueras,
bloqueando el tráfico y ocupando toda la vía pública. Por supuesto, toda
persona que se encontrase en la misma ha quedado automáticamente
retenida, así como la que se encontraba en el interior del local de
Bukaneros.
A las personas que se encontraban en la
calle se las ha obligado a ponerse contra la pared, a la vez que han
sido registrados e identificados sin motivo alguno, mientras que el
resto del dispositivo intentaba entrar en el citado local, un local en
régimen de alquiler. Bajo la amenaza de tirar la puerta abajo si hace
falta y asegurando que van a pasar sí o sí, realizan la entrada en el
inmueble. Sin orden judicial que les acredite para ello ni tampoco con
la presencia de un secretario judicial. A la pregunta de si han traído
la orden contestan que no, que “ni la tienen ni la necesitan”.
Todo esto bajo la actitud chulesca y provocadora de siempre. Una actitud
nada conciliadora, sin otro objetivo que el de encontrar la mínima
respuesta de alguien que no esté de acuerdo con su proceder, para así
poder justificar su despliegue. No ha sido el caso, gracias a la
brillante actitud de todos nuestros socios, tranquilos, sin entrar en su
juego y aguantando el chaparrón.
Así, se han dedicado a identificar y
registrar también a todas las personas que se encontraban en el interior
del local, a la vez que las grababan una por una. Es aquí cuando ha
comenzado uno de los mayores esperpentos que hayamos podido vivir nunca,
con el “minucioso registro” del local. A la luz han salido objetos tan
contundentes y peligrosos como unas tijeras de manualidades, los palos
de unas banderas, varios rollos de celofán o una maza para el bombo.
Todos ellos requisados e introducidos en bolsas de plástico
transparentes para un posterior ¿análisis? También han sido requisadas
las bengalas que se utilizan en cada partido para dar color y ambiente a
las calles de nuestro barrio, y que también iban a ser utilizadas para
un bengaleo especial en conmemoración del 90 aniversario del Rayo
Vallecano.
Ante tal espeluznante hallazgo son
llamados a escena los TEDAX y los artificieros de la Policía Nacional,
que se desplazan hasta el lugar de los hechos para certificar que, en
efecto, los objetos requisados son unas simples bengalas.
Mientras, el partido de nuestro equipo
había comenzado a las seis de la tarde y cerca de dos centenares de
socios del Rayo Vallecano seguían retenidos en una calle a tan sólo 100
metros de nuestro estadio, haciendo imposible así, que ni nuestras
pancartas, ni nuestras banderas, ni siquiera nosotros estuviéramos
animando a nuestro equipo.
¿Y todo esto por qué? Lamentablemente,
todo lo vivido estos últimos años nos obliga a señalar en una sola
dirección, hacia Cristina Cifuentes y Delegación del Gobierno. Una
Cristina Cifuentes que parece haber encontrado el caldo de cultivo
perfecto con las nuevas medidas represivas impuestas en el fútbol para
intentar acabar de una vez por todas con su gran cuenta pendiente.
Casualidad o no, esta misma tarde a las 19 horas había sido convocada
una manifestación en el centro de Madrid pidiendo su dimisión, ante lo
que no ha dudado en intentar crear una nueva alarma social para
justificar sus desproporcionados e inútiles despliegues, que no
olvidemos corren a cuenta de todos.
Desde aquí te queremos dar las gracias
Cristina, por haber conseguido dar una visibilidad enorme, mucho más
grande aún de la que habíamos podido dar hasta ahora nosotros mismos, a
la brutal y absurda represión que viven en estos tiempos los aficionados
del Rayo Vallecano, y en concreto el grupo Bukaneros.
Por último, sólo nos queda agradecer a
todos nuestros socios y simpatizantes el buen comportamiento que han
tenido en todo momento ante este nuevo atropello sufrido, a todas las
peñas y aficionados del Rayo Vallecano que se han solidarizado con
nosotros y han decidido incluso no entrar al estadio en repulsa a lo
ocurrido, y también al club y la plantilla por las muestras de apoyo.
Todos juntos conseguiremos acabar con esta persecución
¡BUKANEROS RESISTE!
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