Sanciones
millonarias, acoso policial, seguimientos, escuchas, Brigada de
Información, interrogatorios, detenciones, calabozos, organización
criminal, registros, manipulación y mentiras de los medios, estado de
excepción
…
Parece que estamos hablando de la
persecución política décadas atrás, o quizás de algo relacionado con un
peligroso y clandestino grupo armado perseguido por la Interpol. Pero
no, nada más lejos de la realidad. Tan sólo son palabras que definen muy
bien la realidad de la vida de los ultras en las gradas de fútbol
actualmente, por lo menos en uno de los estados europeos donde existen
las leyes represivas más duras contra los grupos de animación en los
campos de fútbol. Y todo ello amparado por la legalidad democrática y
ante la ignorancia de gran parte de la sociedad, alimentada por unos
medios que se encargan de difundir que somos la mayor escoria de la
sociedad y gente violenta y peligrosa, en definitiva, delincuentes.
Pero detrás de esas calumnias se
encuentra la realidad del ultra, en nuestro caso la de una vida
entregada a la franja y a la locura de seguir a tu equipo hasta la
extenuación, por encima de cualquier impedimento y a cualquier precio.
En esta sociedad controlada por gentuza, los ultras no somos los malos.
En este fútbol controlado por mafiosos, los ultras no somos los malos.
Sin embargo, las leyes no van dirigidas a
acabar con esa gentuza que controla el sistema y el fútbol. La
represora ley del deporte no tiene como fin liberar al fútbol del
secuestro al que le tienen sometido los mafiosos, sino acabar con los
pocos que lo vivimos de forma auténtica y sin más interés que el de la
pasión.
Los ultras, le pese a quien le pese, no somos precisamente los que sobramos.
Porque cada vez nos sobran más motivos,
volvemos a organizar las Jornadas contra la Ley del Deporte y la
represión, en un momento en el que el mundo del fútbol parece abrir poco
a poco los ojos y ver quiénes amamos el balón y quiénes el negocio. Lo
hacemos, además, desde la unidad de acción, compartiendo nuestros
problemas con aquellos que también sufren día a día la represión. Por
ello, uno de los actos principales de estas Jornadas es una charla a
cargo de dos de los grupos punteros del estado, Riazor Blues y Biris
Norte. Otro será una velada de artes marciales, pero habrá mucho más y
animamos a todos los miembros del grupo y rayistas en general a
participar una temporada más.
Porque nuestra forma de vida debe dejar de ser nuestra condena.
NO A LA LEY DEL DEPORTE, NO A LA REPRESIÓN
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